25 de juliol, 2008

La Mennulara.

La protagonista de la novel·la*, Maria Rosalia Inzerillo, “La Mennulara”, es mort a la primera pàgina. La resta de l’obra explica el que passa, i els passa pel cap, als seus amos, els Alfallipe, als veïns i als altres vilatans de totes condicions socials de Roccacolomba, els dies següents per causa i sobre ella. Però en el fons és la descripció de l’agonia d’una petita societat rígidament estructurada que la modernitat s’emporta per endavant. Tampoc gaire lluny en el temps, a finals de setembre de 1963.

“-Verá, señor Risico- dijo Pietro Fatta, volviéndose hacia el conocido panorama que se le habría delante-, creo que un cambio es necesario y que lo habrá. No sé cuándo pero lo habrá. No sé tan siquiera si será el que usted augura. El hecho es saber quienes son nuestros enemigos no es un asunto sencillo. Mire un momento este pueblo nuestro. El palacio de los príncipes está hecho una ruina desde hace años, es una cáscara vacía. Sólo lo advertimos nosotros, desde esta terraza, nadie más. Parece sólido e imponente. Hay quien quiere expropiarlo y restaurarlo. Hay quien quiere hacer de él un centro de servicios culturales para la comunidad. En realidad, ya no existe. Su pujanza es prácticamente un espejismo, una ilusión. A veces me pongo a imaginar que desaparece, derrumbándose sobre sí mismo, como la isla Ferdinandea.”

La pròpia descripció física del poble, coneguda i repetida en d’altres indrets, és expressiva també d’aquesta societat que desapareix.

“Roccacolomba Alta termina en el valle, en la confusión de casuchas de Roccacolomba Baja, donde vivía la gente pobre. Después estaba el río, atravesado por un puente de piedra de tres arcos, que unía el pueblo antiguo con Roccacolomba Nueva, un espanto sin identidad levantado en los últimos treinta años.
……
Allí donde la tierra no rendía, o rendía con más fatiga, la construcción había completado la obra. Se había asegurado así el bienestar y desarrollo de Roccacolomba, pero la belleza aislada y soberbia del pueblo, fundado en el siglo XVII por los príncipes De Brogli, había quedado herida y no tardaría en ser destruida, su tejido social desaparecería en el curso de unos cuantos años y todo cambiaría. Pietro Fatta consideraba positivos los cambios impuestos por el progreso, pero tenía dificultades para adaptarse a ellos. Lamentaba esta incapacidad suya, y la sentía como un presagio de muerte.”

La figura a penes intuïda de la Mafia i del seu capo local, Don Vincenzo Ancona, es fa present quasi al final de l’obra com correspon a una trama molt ben muntada. També és per rememorar un món i el paper que ell, als seus vuitanta un anys, i els seus avantpassats hi han tingut i com ha complert amb la seva condició de uomo di panza.

Al segon funeral que es fa a la difunta al mes del seu traspàs, a l’església de La Dolorosa, ja hi va molt poca gent, els més afins.

“Había unas cuantas personas más, una docena contada.
-Ya te lo había dicho yo –murmuraba el señor Paulino a su mujer en el camino de vuelta-, la gente olvida, y no es que me queje, es justo que sea así. La misma palabra mennulara está a punto de desaparecer de nuestra lengua, ahora ya no se ven mennularas en nuestros campos. Los hombres recogen las almendras con lonas, y no tardarán en llegar tunecinos a nuestras montañas… Así se han acabado estas mujeres que se encargaban de la recolección.”


De la Basilicata a Sicília, i ara en el tour estiuenc per la literatura italiana me’n vaig cap a Venècia a seguir la darrera aventura d’en Guido Brunetti.

*“La Mennulara”. Simonetta Agnello Hornby. Tusquests editores, 3era.B-2004.

(He descobert, ara, que hi ha traducció al català a La Magrana. Ells havien de ser, tenen bon ull editorial.)

Mataró, 25 de juliol.